Biografía de Padma Sambhava

Biografía de Padma Sambhava

" En este sitio se describe la biografía del Buda Padma Sambhava
en un idioma sencillo y entendible para todo aquel que esté interesado en conocerlo.
Dentro de su vida, encontramos claves espirituales muy
importantes para poder asimilar sus enseñanzas.
Padma Sambhava es nuestro Guru Interno.
De su mano vamos subiendo por la espiral ascendente.
A él le debemos nuestro crecimiento espiritual.
Gracias por visitar este sitio. Namaskar "

viernes, 15 de abril de 2016

El dzogchen




1. El dzogchen 
El dzogchen, literalmente perfección total, es conocimiento. El conocimiento que aparece al llegar a la liberación. El dzogchen es, entonces, el camino y el fruto. El dzogchen no necesita de una escuela. La única autoridad reconocida, si así puede llamarse, es el linaje. Es decir la línea a través de la cual el conocimiento ha sido transmitido de Maestro a Maestro para llegar, a lo largo de los siglos, hasta nosotros. El vehículo del conocimiento es la transmisión del mismo —y la trasmisión, como momento más elevado de compasión y compartir, constituye uno de los puntos fundamentales hacia la comprensión no sólo de la historia, sino también de la esencia misma del dzogchen—. En el centro de la Enseñanza no puede haber otra cosa que compasión, la misma que, cultivada por los Bodhisattva, genera una autentica aspiración altruista de la Bodhicitta con el fi n de donar el conocimiento que genera la liberación y salva a los seres del sufrimiento. Ésta es la esencia de la Enseñanza y explica la importancia del linaje, que no es una línea estéril de personas que se suceden con un rol, sino la infi nita compasión que pasa de Maestro a Maestro y conlleva la inmutable naturaleza de la iluminación, que se puede conseguir solamente a través de la devoción hacia el Maestro que detenta esta enseñanza. Como dice el venerable Lama Tzong Khapa: “La raíz del supremo sendero espiritual y de cualquier realización que un discípulo desee conseguir, proviene de la correcta práctica de la devoción hacia un maestro perfecto”. 

2. Transmisión y linaje 
La transmisión es el pasar del conocimiento y es diferente en base a las circunstancias y capacidades de los seres vivos que la dan y la reciben. Estudiando la historia del dzogchen se percibe cómo, en línea general, cada uno de los tres tipos de trasmisión caracteriza a periodos precisos. Pero, en realidad los tres tipos de transmisión muchas veces han coexistido y pueden coexistir. La libertad que otorga el dzogchen hace que todos pueden acercarse y practicarlo, sin diferencia de extracción social o credo. Además, el dzogchen no reconoce una autoridad suprema en su interior: esto estaría en contradicción con los principios fundamentales que lo caracterizan. De esta forma, a lo largo de la historia, entre los practicantes del dzogchen, se señalan numerosos Maestros y discípulos que pertenecen a todas las escuelas del Budismo Tibetano y de la tradición Bön.

3. Escuelas y dzogchen 
El hecho que el dzogchen no sea una verdadera escuela se debe a que los Maestros, en el transcurso de los años, hayan valorado más la esencia de la Enseñanza que su historia. Por esto a nivel de las informaciones biográfi cas y cronológicas, las informaciones que tienen los estudiosos no tienen valor alguno y pueden hasta estar en contradicción entre ellos. Cuanto más se va hacia atrás en el tiempo, más difícil se vuelve distinguir entre historia y leyenda, no sólo por los límites normales de nuestros medios, sino porque lo que para un estudioso es un episodio de leyenda, para un Maestro puede tener un valor histórico. Para un iluminado, de hecho, los planos de la historia penetran los sueños, las visiones y las determinaciones, tal como para un ser no iluminado penetran los años y los siglos. Como leemos en un libro del historiador tibetano Taranatha (Debiprasad Chattopadhyaya, ed., 1997: xi): “El límite entre historia y leyenda es demasiado sutil para detectarla: los dos planos se entrelazan y se mezclan sin raciocinio”, y como bien explica S. Rinpoche en el prefacio del mismo libro, desarrollando el concepto a través de una metáfora clarifi cadora: Cuando camino por un sendero con nieve en la montaña, cada huella mía parece clara, defi nida y diferente, así puedo volver a rehacer el camino hacia atrás, sin esfuerzo alguno, pero después de un tiempo, el viento y la nieve borran mis huellas, de modo que lo que queda es mi imaginación. Con el estudio de la historia pasa lo mismo. Cualquier episodio que se defi ne de forma realista, se ha esfumando con el pasar del tiempo y el paso de nuevos eventos. Quedan las evidencias que, en su mayoría, dependen de las interpretaciones que de ellas hacen los historiadores, una interpretación hija del intelecto y como tal, condicionada por los límites de la mente, y contaminada por el presente. (Chattopadhyaya, 1997: xi) Con estas premisas es entonces bastante complejo explicar el dzogchen de forma lógica e histórica, como el mundo de hoy en día interpreta la lógica y la historia. De hecho, para comprender el atiyoga o dzogchen, se postula la existencia del Buda primordial que es nuestra verdadera esencia, o mejor, la verdadera esencia de la mente iluminada. Desde el principio el estado del individuo es puro; después empiezan los condicionantes, que hacen que ya no reconozcamos nuestro Buda primordial. La Enseñanza es, entonces, el recorrido para reconocer y mantener nuestro verdadero estado, el de la perfección, el estado de conocimiento desde el principio, más allá del concepto de liberación —el cual es el Buda primordial, Kuntu Zangpo, el Rey que todo lo crea, que se encuentra en nosotros mismos y es la raíz de todo. Kuntu Zangpo no es solamente una esencia; se vuelve historia, o leyenda, según las interpretaciones, manifestándose a través de los tres tipos de trasmisión: La trasmisión de la mente de los Budas, la transmisión simbólica de los que poseen el Conocimiento o Rig dzin2 y la transmisión oral de los Yoguis. A través de la transmisión de la naturaleza de la mente el discípulo llega al estado del Maestro, el Buda, y obtiene la misma realización. Esta transmisión (Dharmakaya) se encuentra en el pasado, en el presente y en el futuro porque es conocimiento primordial (Yeshe) que se manifi esta en cada fenómeno (Dharmadhatu). Las tres transmisiones tienen niveles diferentes según las capacidades de los seres. Para que un discípulo pueda recibir la Nirmanakaya—.

4. Tres tipos de transmisión 
Cuando leemos los textos tibetanos de historia de la enseñanza dzogchen encontramos una subdivisión bien distinta de su transmisión en tres diferentes modalidades: la transmisión directa (dgongs brgyud), la transmisión simbólica (brda brgyud) y la transmisión oral (snyan brgyud). La naturaleza de la transmisión está íntimamente ligada a las tres dimensiones o Kaya3 del estado de la Iluminación. De estas tres dimensiones surgen los varios tipos de enseñanzas según las diferentes capacidades de los seres. Garab Dorje (Prahevajra), Nirmanakaya y emanación del Buda Sakyamuni, es el primer Maestro encarnado del dzogchen de nuestra época, fuente de una larga línea espiritual que llega hasta nosotros. Él recibió la transmisión simbólica (brda brgyud) de Samantabhadra y Vajrasattva y, recogiendo los conocimientos de los doce Maestros primordiales (ston-pa) del dzogchen4 , ofreció la Enseñanza suprema del estado único más allá del esfuerzo. La transmisión simbólica de los Rigdzin (rig ’dzin brda brgyud) es la transmisión del conocimiento a través de la utilización de símbolos, como formas, colores, silabas semillas, mantras y mudras que ayudan al discípulo a comprender instantáneamente el signifi cado de la Enseñanza. Esta modalidad se diferencia de la transmisión del conocimiento de los Budas (o transmisión directa), que por su parte no necesita otra cosa que no sea el fl ujo potenciador del Buda. La transmisión simbólica es a la vez signifi cado y signifi cante, porque trasmite a través de la manifestación misma de los símbolos y de los adornos del Sambhogakaya. La transmisión simbólica ha sido utilizada en varias circunstancias por los Vidyadhara (rigdzin: quienes tienen el Conocimiento) del universo y la Enseñanza transmitida por éstos estaba dirigida a las varias clases de seres. Mañjushri transmitió el Dharma según la forma física y la mentalidad de los Deva. Avalokiteshvara transmitió el Dharma según la forma física y la mentalidad de los Naga. Vajrapani transmitió el Dharma según la forma física y la mentalidad de los Yaksha. Él mismo, posteriormente inspirado por los Budas, encima del monte Malaya, transmitió la enseñanza a una audiencia compuesta por muchas clases de seres, entre los cuales se hallaban Devas, Nagas, Yakshas y Humanos. En una visión antropocéntrica todo esto es difícil de comprender, así como antes era arduo separar historia y leyenda, pero si nos liberamos del concepto del tiempo como algo lineal y del concepto de espacio como algo que tiene un dentro y un fuera, podemos acercarnos y comprender la Enseñanza de los Budas, que están libres de los condicionamientos de tiempo, espacio y origen de los seres. Los símbolos que se utilizan en este tipo de transmisión son físicos, simbólicos y explicativos. Los símbolos físicos pueden ser representados por una estatua, por un thangka o también por un objeto que en sí no representa algo en especial; los simbólicos se dividen en simbólicos de la mente y en simbólicos del cuerpo. Entre los de la mente encontramos la energía potenciadora. Los símbolos de la mente son permeados por el Gurú. En los símbolos del cuerpo tenemos los símbolos de las manos (mudras), los símbolos lingüísticos (silabas semilla y mantras) y los símbolos de las imágenes (visualización de la imagen de la divinidad). Los símbolos explicativos están directamente ligados al propio compromiso en una práctica, en una invocación que implica el conocimiento de la escritura y del ritual. Éstos crecen al crecer el individuo y se diferencian en base a la naturaleza del ser y a su grado de perfección. Algunos, de hecho, son propios de los Maestros. Existen símbolos explicativos que pertenecen solamente a la esfera de los practicantes que han transcendido (los Mahasiddhas); otros son típicos de circunstancias fuera de lo común, como un encuentro espiritual, un banquete de Heruka o una iniciación. Tales símbolos son propios de los Maestros, pertenecen en general al mundo de los sueños y de las visiones y producen una experiencia interna directa de la realidad. Este linaje de transmisión está basado en los muchos símbolos del mantra secreto y comúnmente se le denomina transmisión de Vajradhara.Para introducir la transmisión oral de los Yogui (rnal ’byor snyan brgyud) es necesario volver a Garab Dorje. A lo largo de su vida Garab Dorje transmitió las enseñanzas de forma telepática o directa, simbólica, pero, como es lógico comprender, visto que se trata de un Maestro encarnado, sobre todo oral: la transmisión oral es el pasar el conocimiento a través de la utilización del logos, de la palabra. Se llama oral porque está basada en el uso de la palabra que, escuchada por el discípulo, es comprendida en su signifi cado propio y en sus signifi cados secundarios, a través de las metáforas que crea y las situaciones que describe, sin jamás cambiar su signifi cado, que se transmite desde el Buda al Maestro y de Maestro a Maestro hasta llegar al discípulo sin añadir o quitar nada. De esta forma la Enseñanza se preserva en su esencia y autenticidad, y tanto al discípulo como al Maestro compete la tarea de defenderla y preservarla. Como un cáliz de oro que pasa intacto por las manos de muchas personas, así la autenticidad de esta enseñanza pasa de persona a persona, desde la primera hasta la última, sin sufrir modifi cación alguna. Este tipo de transmisión ocurre entre dos o más personas en la forma ordinaria, o mejor, el discípulo es un individuo ordinario, pero el Maestro, que tiene forma de individuo ordinario, puede, de hecho, también ser un Buda, como Gurú Rinpoche, o un practicante con muchas realizaciones. En esta premisa, necesaria para comprender el medio fi losófi co, por la naturaleza misma del objeto tratado, se mezclan historia, leyenda y devoción. Ahora bien, para comprender el dzogchen es indispensable concentrar nuestra atención sobre las biografías de los primeros maestros de esta Enseñanza. Se ha observado como Garab Dorje ha sido el primero en recibir enseñanzas directamente de los Budas. Él tuvo muchos discípulos, quienes no obtuvieron el don de las enseñanzas sólo de él, sino también de los Budas y Bodhisattva, así que esto se puede considerar como transmisión simbólica. En la tradición dzogchen se conoce una invocación a los Maestros más importantes, llamada “Plegaria de las tres transmisiones dzogchen.” Esta plegaria está dividida en tres partes. La primera es la invocación al Dharmakaya Kuntu Zangpo, al Sambhogakaya Dorje Sempa y al Nirmanakaya Garab Dorje, que representan la transmisión mental. La segunda es la invocación a los Maestros que representan la transmisión simbólica de los Vidyadhara o Rig dzin. La tercera es la invocación a los Maestros que representan la transmisión oral que empieza con Nyang Tingdzin Zanpo (siglo VIII - IX) y llega hasta nosotros con Chögyal Namkhai Norbu. Recorriendo esta invocación y deteniéndose en los Maestros más conocidos, se pueden trazar los límites esenciales de la historia del dzogchen basándose en sus fuentes.


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